Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio ¡San Fermín! Cada julio, del día seis al catorce, Pamplona se viste de blanco y rojo: la alegría toma las calles y se respira la euforia de una multitud que espera ansiosa compartir unas jornadas de puro disfrute. ¿Será el color rojo de los pañuelos, o la adrenalina que corre por las venas cada vez que se aproxima un toro, lo que atrae las miradas ansiosas de los curiosos? ¿O quizás es el espíritu pseudo-carnavalesco que guía a los locales, lo que ha inspirado a autores como Ernest Hemingway a escribir sobre esta gran fiesta?