Celebrar a la española

A cargo de la Prof. Martina Diaz Sammaroni (UNMDP)

Si volteamos a observar el pasado, advertiremos como, desde el origen de los tiempos, los hombres y las mujeres – sin importar su procedencia o extracción social – han concebido el desarrollo de distintos sucesos como un motivo de celebración. Bodas, nacimientos, bautismos, victorias guerreras, cambio de estaciones y de clima, conmemoraciones de dioses, santos y patrones locales, entre otros, han marcado la vida de una gran cantidad de personas. 

De ahí que podamos afirmar que históricamente las fiestas han reflejado una manera particular de ver, sentir y habitar el mundo. No obstante, aunque su forma cambia, las estructuras y finalidades profundas permanecen y son, a menudo, insustituibles1. Las festividades son atemporales, puesto que trascienden los límites y nos encuentran en un único presente compartido y universal. 

Y vaya si los españoles lo saben. Su historia está marcada por la tendencia a festejar la vida a lo grande: colores extravagantes, suntuosos escenarios, vestimenta despampanante, desfiles multitudinarios y llamativos banquetes. Estos son algunos de los elementos que han conformado su marca registrada a la hora de organizar diversos eventos. 

En la sección «celebrar a la española», los invitamos a realizar un recorrido por las raíces profundas de su tradición lúdica. Analizaremos pasos de armas, grandes bodas, juegos, torneos y festines memorables. A través de su estudio podremos adentrarnos en el universo económico, político, social, cultural, simbólico y sensorial de aquella sociedad, permitiéndonos saber qué recursos se destinaban a su puesta en marcha, así como los móviles ideológicos, las creencias y los valores que las dirigían. ¿Te sumas a esta experiencia?

Notas:

1 LADERO QUESADA, Miguel Ángel. Las fiestas en la Europa Medieval. Madrid, España: Dykinson, 2005, p. 13.