Los locos años 20 bajo la mirada del Nuevo Cine Español

PRESENTACIÓN DE LA SEGUNDA ENTREGA DE ¡UNA HISTORIA DE PELÍCULA!

En esta segunda entrega de ¡Una Historia de película! abordaremos las complejidades de la historia contemporánea de la mano de la reciente cinematografía española.  Los años ´20, uno de los momentos de quiebre más significativos del siglo XX, serán aquellos que dejen atrás la estela oscura de la Gran guerra y se constituyan en la antesala del caos económico, social, y el horror. Los apelativos de “felices” y “locos” con los que la historia rescatará este momento, refieren al encabalgamiento de una época signada por una aparente bonanza que, claramente, no alcanzará a todo el conjunto de la sociedad. La reseña realizada por Clara Agustina Sana incursiona en estos y otros tópicos retratados en el film La sombra de la ley (2018), exponiendo una España atravesada por sus propias particularidades y por una problemática de alcance mundial.

María Fernanda López Goldaracena
Coordinadora de ¡Una Historia de Película!

Artículo realizado por Clara Agustina Sana.

La historia del siglo XX está llena de rupturas, continuidades y complejidades; al volver sobre los “locos años 20” estos componentes se tornan visibles al momento de hacer un análisis. Esto tiene que ver con los acontecimientos sobre los que se estructura La sombra de la ley (2018): el anarquismo, la lucha femenina, el golpe de estado que se va pergeñando y que estalla finalmente en 1923, discursos con perspectivas de género revolucionarios para la época, y muchos otros aspectos que han sido recuperados en la presente reseña.

Habituados ya a la práctica de apreciar y analizar la Historia de España a través de la filmografía, en esta oportunidad elegimos una pieza difícil de encasillar en alguna categoría específica, tanto por su género como por su contexto histórico. Esto se debe a que su trama linda entre lo policial, el gángster y el drama, y su ubicación temporal puede abarcar prácticamente la mitad del siglo XX en su totalidad.

La película que analizaremos en esta oportunidad nos invita a transportarnos a una época por demás convulsa, no sólo en España sino en el mundo: los locos años 20. Un panorama en el que la violencia iba en aumento, producto de dos proyectos que han atravesado la historia política de España, y que aún hoy tienen sus ecos en el presente: por un lado la teoría o propuesta monárquica, y por el otro la republicana. El caso español no es el único en su tipo; los debates acerca de cómo debe conformarse la conducción política de una nación están íntimamente ligados con el público que la acompaña, es decir el pueblo, elemento que el director Daniel de la Torre ha sabido captar en toda su esencia.

Claro que esto no es novedad. El galardonado director, que ya cuenta en su haber con un premio Goya a la mejor dirección, ha sido seleccionado para conducir los premios durante el presente año. Esto refleja no solo su talento, sino su cercanía a grandes personalidades españolas, muchas de las cuales participan en el  film que reseñamos hoy, como Jaime Lorente (León), Paco Tous (Salvador), Michelle Jenner (Sara) y Ernesto Alterio (Tísico).

Si continuamos con las menciones podemos detenernos en lo que se refiere a la recreación de época, en donde podríamos analizar algunas cuestiones. En primer lugar, es factible afirmar que la ambientación resulta precisa y acorde al período. La moda femenina presenta cortes de cabello homogéneos en toda su población, con un estilo corto y al hombro, usando también tacones y faldas largas; en el caso masculino las clases más bajas utilizan boinas y las clases media y alta sombreros, todos con trajes de gruesas lanas para paliar el frío; en la vía pública conviven los caballos y los automóviles como medios de transporte, siendo el ferrocarril el primer elemento visual que inaugura la película.

Por otro lado, también se presentan dicotomías morales muy profundas y propias de la época, como lo son aquellas surgidas a partir del auge del cabaret y la prostitución, convivientes con los férreos estandartes morales de las señoritas de la gran ciudad.

Sin embargo, la cotidianeidad en la que hace hincapié la película es la vida de los trabajadores de los barrios bajos, y esto porque el punto neurálgico de esta convulsa época es sin duda el anarquismo. A través de diálogos interesantes que proclaman el universo obrero unido sin distinción de clases, la eliminación de las autoridades y los patrones de género, el amor libre, y la separación de la Iglesia del Estado, es en donde vemos anclado este tipo de ideología; a su vez, el conflicto que la trama nos plantea se ve impulsado por agentes externos que intentarán sacar un provecho político de la desunión de los trabajadores.

Muchos de los personajes de nuestro film experimentan en carne propia las consecuencias de enfrentarse a su patrón o a los parámetros sociales establecidos en esta época de transición mundial; algunos ejemplos son la muerte de la mejor amiga de Sara en una protesta callejera que reclamaba por la igualdad de salarios para los hombres y las mujeres, o el asesinato del querido Salvador, personaje que con su perfil paternal, honesto, cálido y humano nos hace sentir muy cerca de su vida en la ficción, invitándonos a escuchar lo que tiene para decir.

En este último punto el anarquismo que el director Daniel de la Torre nos muestra en la pantalla, sufre la ruptura que da origen a la trama del film: la revolución armada o el camino del diálogo. Y esto se debe a la disponibilidad de un enorme cargamento de armas que aparentemente es robado de un tren lo cual da origen a una investigación policial, cargamento que finalmente termina en manos del grupo anarquista (gracias a un episodio incógnito que se va resolviendo a lo largo del film, y que no develaremos en la presente reseña) que se debate entre usarlo o no, para alcanzar su tan ansiada transformación.

Más allá de las diferencias que pueden surgir en el grupo, debemos destacar como históricamente relevantes las cifras que Salvador utiliza como argumento para sostener que siempre el camino certero es el del diálogo: en 1920 la sumatoria de afiliados mundiales a la corriente anarquista se cuadriplica. Recordamos la cita “Me gusta la gente con ideales”, que rezaba el controvertido inspector Aníbal Uriarte (Luis Tosar), lo cual no puede pasarnos inadvertido, porque hace al fenómeno cuando menos interesante, ya que el mundo se encuentra en transformación durante estos “locos años 20”: bastan observar ejemplos contemporáneos como los de Rusia, Argentina o Italia para dar cuenta de ello.

Sin embargo, tratemos de observar el caso español que el film desarrolla, ya que el desenlace también incursiona en el género documental. El 20 de Septiembre de 1923, el capitán general Primo de Rivera da un golpe de estado con el apoyo de la mayoría de las unidades militares, el propio Alfonso XIII (quien lo nombra Jefe de Gobierno tras el desastre de Annual), la burguesía catalana y los terratenientes andaluces. Entre las causas que hacen posible su alzamiento pueden contarse el descontento del ejército, el auge de los nacionalismos, la conflictividad social y el ascenso de Mussolini al poder en Italia, completando un tablero geopolítico particular.

Entre  las medidas adoptadas se cuentan las de disolver las cortes, suspender la Constitución, crear un régimen de partido único y anular la autonomía de las regiones que proponían separarse del territorio, como era el caso de Cataluña. A pesar de esto, Primo de Rivera se mantendrá en el poder hasta 1930 ya que por la fuerza se reestablecía el orden público, tal como podemos observar en el film con escenas muy cruentas y de un realismo absoluto, como la del asesinato del maquinista del tren, plasmado en un plano corto.

En el plano internacional se resuelven cuestiones como la solución a la campaña de Marruecos, elemento que también el film menciona de fondo en los diarios y las noticias que circulan, con una gran cantidad de bajas y heridos. En el marco de la coyuntura de los “locos años 20” se aprecia una expansión económica favorecida por el contexto internacional, una gran modernización puesta en manos extranjeras y un auge de las políticas públicas (la electrificación de zonas más alejadas de las metrópolis por ejemplo) gracias a los créditos baratos que llegan por ejemplo, de Estados Unidos. Todo este panorama alienta el proceso de migración masiva que elige, entre otros lugares, a la Argentina como punto de destino por excelencia. 

Repudiando cualquier intento de gobernabilidad fuera del sistema democrático, podemos afirmar que estas experiencias se irán desgastando progresivamente, producto de la propia exclusión social de las masas que no son incluidas en ese tipo de proyectos reformadores. Así, para 1928, el dictador va perdiendo apoyo, ejerciendo mucha fuerza la oposición de los partidos políticos, el movimiento estudiantil, los perseguidos, la clase obrera, la prensa, etc. Por último, a toda esa realidad cotidiana propia de la época hay que sumarle la condición de salud de Rivera, quien va sufriendo las consecuencias cada vez más agravadas de su propia enfermedad: la diabetes.

Para el año 1929 el propio rey observa la gestión del comandante como un obstáculo para la monarquía, y se vuelve al viejo sistema constitucional. Sin embargo, debido al desprestigio que había sufrido la monarquía tras esta experiencia, se lleva a cabo la firma del Pacto de San Sebastián (1930), para acabar con el sistema de la restauración que encabezaba Rivera. 

Este breve recorrido histórico nos permite comprender mejor los hechos planteados por el film, y destacar la gran precisión histórica que lleva a cabo la dirección, estableciendo el correlato con un pasado que nos invita a reflexionar en todo momento acerca de los ideales que este tipo de sucesos desencadenan: la elección del diálogo como el camino indicado, el desacato colectivo a regímenes que ignoran la realidad social de las masas perjudicadas, el repudio a la violencia sistemática, y el rechazo a cualquier discurso antidemocrático. 

Tal y como sostuvimos a lo largo de la presente reseña, la corriente de pensamiento anarquista resulta interesante para su análisis, relevante desde el punto de vista histórico, y trascendente a lo largo de toda la historia contemporánea, la cual se vislumbra en su cotidianeidad en la película, planteando ideas que cambiaron (o no) al mundo en los años venideros: la jornada laboral de 8 horas, la cobertura de salud para los empleados, los seguros de sepelios, el amor libre de estructuras, la libertad de expresión, la prohibición de trabajo infantil, entre muchas otras cosas más. 

“Nos gusta la gente con ideales” sostenía aquel personaje a lo largo del film, y es cierto. Nos gusta. Nos resulta atrapante poder descubrir este tipo de filmografías que rescatan los elementos más trascendentales de la historia contemporánea y que han cambiado en mayor o menor medida nuestra forma de vivir en el presente que habitamos.

Los invitamos a ver esta película y a ponerse en el papel de detectives, desentrañando el misterioso hecho que genera el robo del cargamento de armas del tren, y el desencadenante al verídico golpe de estado de 1923.

La Sombra de la Ley
El equipo de La Sombra de la Ley durante la filmación
Afiche promocional de la serie.

Ficha técnica

Título original: La sombra de la ley

Año: 2018

País: España

Dirección: Dani de la Torre

Guión:  Patxi Amezcua

Música:  Manuel Riveiro, Xavier Font

Fotografía:  Josu Inchaustegui

Reparto: Luis Tosar, Michelle Jenner, Vicente Romero, Ernesto Alterio, Paco Tous, Manolo Solo, Jaime Lorente, Pep Tosar, Fernando Cayo, William Miller, Adriana Torrebejano, Xosé Barato, Ricardo de Barreiro, José Manuel Poga, Elías Pelayo, Paula del Río, Albert Pérez

Productora: Coproducción España-Francia; Vaca Films / Atresmedia Cine / Movistar+ / Televisión de Galicia (TVG) / Televisión de Galicia (TVG)

Género: Thriller, Drama, Policíaco

Información extraída de https://cinemagavia.es/pelicula-la-sombra-de-la-ley-sitges/

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