Los lazos sociales en el medioevo español: miradas desde la ficción y la historiografía

PRESENTACIÓN 2022

Queremos darles la bienvenida al ciclo 2022 de ¡Una Historia de película!, y lo hacemos iniciando el año con la tercera y última de las reseñas nucleadas en torno a la serie “La Catedral del Mar”. Si realizamos un brevísimo recorrido por las dos entregas anteriores, la primera y la segunda hicieron hincapié, respectivamente, en la serie y en la novela de Ildefonso Falcones sobre la que fue basada, sin descuidar ciertas cuestiones teóricas ligadas a la temática abordada.

En esta oportunidad, Diego Califano, Rosa Elena Figueroa y Juana Vissio, asumieron el desafío teórico de llevar adelante el análisis cruzando la serie con una de las obras canónicas de la Dra. María del Carmen Carlé, La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres (1980).

Siendo éste un ejercicio historiográfico particular y puntual, que no pretende constituirse en un estudio de historiografía sobre la serie ni agotar la extensa y profusa bibliografía sobre el tema, interesa en tanto busca recapitular conceptos y categorías desarrollados por la Dra. Carlé, que fueron retomados por el concierto de historiadores en años posteriores y que aún, con sus modulaciones, tienen vigencia hasta el presente.

Los que conformamos el equipo de ¡Una Historia de película! en su conjunto, buscamos acompañarlos, mes tras mes, con propuestas renovadas, de calidad y entretenidas, motorizando el interés por esta manifestación central y vital de la cultura contemporánea, el cine.

María Fernanda López Goldaracena
Coordinadora de ¡Una Historia de Película!

Artículo realizado por Diego Califano, Rosa Elena Figueroa y Juana Vissio.

En esta nueva entrega, nos proponemos analizar la serie La Catedral del Mar a partir del marco teórico propuesto por María del Carmen Carlé, junto a otros investigadores, en la obra La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres (1980). En esta propuesta historiográfica, el foco se orienta hacia el estudio de las distintas formas de asociación entre los integrantes de la sociedad española de la Edad Media. El espíritu de grupo y la existencia de una necesidad son dos factores claves para entender los modos de vincularse frente “a las fuerzas de disgregación que ocasionaron el fin del mundo antiguo”1. Serán el matrimonio, la familia y las agrupaciones con fines políticos o económicos las que iremos desmenuzando a lo largo del trabajo. 

Al presentar esta reseña, tal como lo hemos hecho en la primera entrega sobre esta producción española, volvemos a aclarar que La Catedral del Mar es una ficción. Su fuente de origen es la novela literaria del mismo título cuyo autor es Ildefonso Falcones. Sin embargo, podemos entablar un diálogo entre la serie y distintas cuestiones teóricas trabajadas por Carlé: hay características de la sociedad propuestas en la ficción que hallan su correspondencia con el espíritu de asociación típicamente medieval.

Comenzamos este análisis desde la figura de Arnau Estanyol, el protagonista de la serie. Su vida se construyó gracias a distintos tipos de asociaciones que fue hilvanando en su porvenir. Con su ejemplo, se materializan las palabras de Carlé al afirmar que el hombre del medioevo español estaba en la “búsqueda continua del respaldo organizado de otros hombres”2. Ese interés por lo gregario venía marcado por una necesidad: guerrear, protegerse, sobrevivir o convivir, entre otras cuestiones.

A partir de Arnau (Aitor Luna) y de otros personajes, como Bernat Estanyol (Daniel Gao) y Grau Puig (Ginés García Millán), podremos ver la manera en la que el matrimonio, la familia y las agrupaciones con fines políticos o económicos, ocupan un lugar destacado entre las formas de asociación. A continuación, nos adentraremos en estos tres tipos de vínculos, integrando lo expuesto por la serie y lo propuesto en la obra La sociedad hispano medieval…3.

“El amor no se tiene en cuenta al disponer el matrimonio; puede ser una coincidencia afortunada”4

El vínculo del matrimonio podía darse por distintos motivos: “Sea cual fuere el sector social que nos ocupe, el objetivo principal consistirá en lograr un ‘buen casamiento’, o sea, casar con alguien de igual o mejor condición social y económica”5. Este propósito fundamental que tenía el enlace conyugal, en tanto manera de escalar socialmente o de mejorar la situación económica de la familia, se expresa de manera clara a lo largo de toda la serie.

El primer caso que podemos observar es el matrimonio de Grau Puig con Isabel, una mujer de la nobleza. ¿Por qué se dio esta unión si no eran del mismo estatus social? Esto sucedió porque Grau Puig tenía un poder económico consolidado e Isabel ostentaba el título nobiliario. Esa unión se dio para mejorar la condición social de uno, y la condición económica del otro. Este suceso marca un modo de ascender socialmente: llegar a la nobleza por medio del matrimonio.

El segundo caso a destacar es el de Arnau con Elionor, una mujer de la alta nobleza (pupila del Rey Pedro de Aragón). Si bien este vínculo se originó como un agradecimiento por parte del Rey hacia Arnau, el protagonista no tenía ningún título de nobleza pero sí estabilidad económica.

En torno a la elección del cónyuge, Carlé nos explica que era derecho y responsabilidad del jefe de familia. En el caso de los nobles “la decisión real era inapelable”6 y esto explica por qué Arnau no tuvo otra opción más que aceptar el matrimonio con Elionor. La autora también menciona que la mujer no tenía ninguna posibilidad de elección de manera legal. En toda la serie podemos ver tan solo un ejemplo de libertad para elegir por parte de una mujer.

En definitiva, la decisión de contraer matrimonio estaba vinculada a la igualdad de condiciones sociales y económicas, o en pos de una mejora de alguna de estas dos. En caso de que alguna de estas no se cumpliera, el pedido de mano era rechazado. Así fue el caso de Arnau cuando pidió la mano de Aledis, una mujer que estaba en una mejor posición económica y social que él. Sin embargo, el padre de ésta última rechazó a Arnau por no contar con los medios económicos anhelados.

En cuanto a los adulterios, Carlé expone que “Las Partidas establecen que el marido engañado puede ´acusar a su muger del adulterio…, e ella non a el´. Acorde con este criterio, la ley era durísima con las adúlteras y sus cómplices; el marido podía matarlos sin incurrir en delito”7.

La serie muestra dos ejemplos: la madre de Joanet, encerrada en el patio de la casa a causa de una infidelidad. Tenía prohibido hasta el contacto con su hijo, el cual se escapaba para ir a ver a su madre a escondidas. Otro caso fue el de Aledis, la enamorada de Arnau, quien fue encerrada y maltratada por engañar a su esposo, el maestro curtidor.

“Te dará muchos hijos”

Los factores que se tenían en cuenta a la hora de acordar una boda se reflejan muy bien a lo largo de los capítulos. También se muestra cómo esos beneficios eran contemplados en el seno familiar y en vistas de proyectarlos hacia el futuro8. En este sentido cobran particular importancia los hijos, la descendencia.

Cuando Bernat Estanyol llegó a su casa y encontró a Pera Esteva discutiendo con su padre, lo primero que le reprochó el visitante a aquel, es que ya debería tener nietos. La insistencia de este personaje se debía a la importancia de contar con una familia, particularmente para un payés, miembro de los estratos más bajos de la sociedad: “Necesitas una esposa (…). Es muy trabajadora, llevará la casa, te ayudará con la tierra y con los animales”, le decía Esteva, enfatizando al final: “Y es muy fuerte, te dará muchos hijos”9.

En cuanto a la crianza, como explica Carlé, “igual que la educación, se descuenta que variaba según el medio al que perteneciera la familia. En los más elevados se entendía que debía proveerse al recién nacido de una o dos nodrizas”10. Tal vez por eso, al no ser el hijo del señor de Ballera un príncipe, no hacía falta que fuese una dama de nobleza como exigían las Partidas11. La ficción juega con que esa labor fuese cumplida por una sierva como Francesca. Así, el noble ordenó a sus hombres capturar a la mujer para amamantar a su hijo legítimo. No tenían posibilidad los estratos más bajos12 de contar con nodrizas ni ayos para sus hijos; y por eso la desesperación de Bernat para recuperar a su niño, que estaba muriendo por falta de alimentación.

Carlé menciona que aquellos con mejor posición económica tendían a imitar a los nobles13. La crianza y educación de los hijos de Grau Puig, un artesano adinerado pero sin privilegios nobiliarios al comienzo, no parecían reflejar esta tendencia a requerir de nodrizas o ayos, y sólo se menciona que recibían una buena educación. Los ayos cumplían la función de llevar adelante la instrucción de la descendencia nobiliaria. Al casarse con Isabel, una noble sin ostentoso patrimonio, no se apreciaron cambios en la educación y crianza de esos jóvenes. 

En cuanto a la solidaridad familiar “es notable la cohesión familiar, en sentido amplio, que actúa como un todo no sólo en el plano económico sino también en el jurídico y espiritual”14. Sin embargo, no es eso lo que se refleja en la relación de Bernat y Arnau con los Grau Puig: sólo la hermana del primero responde a ese deber de protección. En cambio, la diferencia de estatus social atraviesa la relación del adinerado cuñado de Bernat con éste y su sobrino político. El desprecio es compartido por los hijos de Grau Puig, más poderosos en lo económico, mejor posicionados en lo social y libres ciudadanos de Barcelona, frente a siervos fugitivos y en la miseria.

La solidaridad familiar, en cambio, es fuerte y profunda entre Arnau y Joan, quien aparentemente era un bastardo. La adopción de éste por parte de Bernat, forjó entre los niños un lazo mucho más fuerte que entre Arnau y los de su propia sangre. Vemos en Joan a un hermano que cuidó y procuró lo mejor para el joven Estanyol. La solidaridad familiar incluía la honra de los parientes15, que en el caso Arnau y Mar se evidenció cuando éste tuvo que decidir el destino de su ahijada, luego del ultraje sufrido por ésta de parte del caballero Felip de Pons.

Por último, debe mencionarse la cuestión del linaje y la parentela, nociones utilizadas indistintamente. Linaje se refería a la línea paterna, mientras que parentela incluía también a los familiares maternos16. La parentela se observa en la serie cada vez que se quería dejar en claro el origen de uno u otro personaje. El linaje no se menciona expresamente pero su importancia se muestra en toda la ficción: el lunar que los Estanyol llevaban en sus rostros, no como marca de prestigio social o económico sino de una estirpe de otro tipo: de hombres “valientes y honrados” según el personaje de Sahat.

La importancia de la descendencia atraviesa la historia de Arnau: cuando lo obligaron a casarse con María, hija de su compañero bastaix; cuando Elionor, su segunda esposa, buscó el consejo de un abogado y se manifestaron las ventajas de la descendencia en las familias de posición social más elevada; y al final cuando Arnau no sólo ha logrado alcanzar la felicidad con un amor verdadero, sino que lo ha completado con un hijo al que le parece haber legado la sonrisa de la Virgen María.

“Me prometiste que Arnau sería un aprendiz”

En la huida a la ciudad de Barcelona, Bernat Estanyol buscó refugio en el negocio de su cuñado, Grau Puig. El mismo era dueño de una alfarería, y pese a sus reparos por la delicada situación jurídica de Bernat (un siervo que se estaba escapando de la justicia), dio trabajo a su cuñado, como un simple aprendiz. La serie nos adentra en el contexto del taller, y de las condiciones de vida de los aprendices. Según lo propuesto por Carlé, y que puede apreciarse en la producción, “la manutención corría a cargo del aprendiz. A veces, el alojamiento también era gratuito”17.

De las dos figuras antes nombradas, podemos resaltar características puntuales que nos dan las pautas para entender la estructura gremial. Por un lado, tenemos a Bernat, quien comenzó como aprendiz en el taller de su cuñado, y logró ascender a oficial. Apreciamos el cambio de funciones entre una categoría y otra, como así también, el nivel de conocimientos sobre el material trabajado: el aprendiz debe saber cómo hacer; el oficial debe saber cómo observar. El deseo de Bernat consiste en que su hijo pueda seguir ese camino, y así crecer en la vida.

Por otro lado, tenemos a Grau Puig, responsable del negocio. Gracias a la dote extra que recibió su esposa, pudo fundar la alfarería. Su aspiración en la vida es obtener un título nobiliario, pero sabe que cuenta con una desventaja debido a que “los nobles lo desprecian y los mercaderes lo odian”, en palabras del personaje. En esta afirmación, podemos descubrir una realidad que atañe a este tipo de agrupaciones, según Carlé: “los reyes no alentaban la formación de los gremios”18. Esto último encuentra su causa en que los gremios podían adquirir peso político.

“¡Por la Virgen!”

En la primera entrega de La Catedral del Mar, tomamos entre varios aspectos, el primer trabajo de Arnau Estanyol: fue un bastaix. Su fe y su devoción por la Virgen María lo llevaron a trabajar en la construcción de la Catedral de Santa María de la Mar, en Barcelona. Esta vocación de servicio a la que se sintió llamado, se dio dentro de un grupo conocido como cofradía.

La misma es una agrupación de tipo económico que engloba a personas de un mismo oficio y que puede “hacerse evidente hasta en las prácticas piadosas”19. En el caso de esta cofradía de bastaixos, expuesta por la serie, el ingreso era libre (Arnau ingresa a una corta edad, sin ningún condicionamiento económico), y sus integrantes debían ajustarse a un reglamento.

En relación a las reglas que regían a estos trabajadores, las mismas implicaban un estilo de vida. Por ejemplo, no era bien visto que sus integrantes no estuviesen casados, y fue por este motivo que Arnau desposó a María, la hija del bastaix Ramón. Otra prohibición que estaba normada era la de yacer con una mujer casada: esto implicaba la expulsión de la cofradía; y siguiendo los criterios que anulaban un matrimonio, el adulterio por parte de la mujer era condenado porque “la ofensa en la honra correspondía sólo al marido”20.

Entre los mismos cofrades existía una solidaridad que Carlé fundamenta al hablar de “ayuda mutua”21, como un elemento común entre cofradías y gremios. En la serie, esta actitud se vio cuando un ladrón intentó llevarse el dinero de la caja común de los bastaixos. Con esa suma, la agrupación seguía manteniendo a huérfanos y viudas, familiares de trabajadores difuntos.

Este recorrido realizado en las líneas precedentes, confirma el objetivo que nos hemos propuesto al iniciar el trabajo: entablar un diálogo entre las propuestas historiográficas de la obra La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres y la serie La Catedral del Mar. Los invitamos a tomarse el tiempo de acercarse a esta producción española, entendiendo que estas recreaciones fílmicas pueden hacer uso de un contexto histórico y sus variables, pero sin estar respondiendo con total fidelidad a la realidad de ese momento.

Bibliografía:

  • CARLÉ, María del Carmen y otros. La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres. Buenos Aires: Tekné, 1980.

Notas:

1 CARLÉ, María del Carmen y otros. La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres. Buenos Aires: Tekné, 1980, pág. 7.

2 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 79.

3 La obra se enfoca en la realidad de distintas zonas de Castilla. Sin embargo, las propuestas teóricas tienen sus reflejos en la serie propuesta, la cual se desarrolla en el Reino de Aragón.

4 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 17.

5 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 12.

6 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 15.

7 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 21.

8 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 27.

9 Diálogos extraídos del primer episodio de La Catedral del Mar.

10 CARLÉ, María del Carmen y otros. La sociedad hispano medieval: los marcos de agrupación de los hombres. Buenos Aires: Tekné, 1980, pág. 28.

11 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 28.

12 Ibidem

13 Ibidem

14 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 32.

15 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pág. 33.

16 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 34-35.

17 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 82.

18 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 81.

19 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 79.

20 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 21.

21 CARLÉ, María del Carmen y otros. Op. cit. pp. 80.

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