por Lic. Jorge Rigueiro García FyL – UBA – FHE
«El 03 de Octubre de 1908, a poco de ser inaugurado el Colón, abrió sus puertas el Teatro Avenida, que sería hasta su incendio en 1979, el templo máximo de la zarzuela porteña.»
La Zarzuela es un género musical que combina partes cantadas, recitadas e instrumentales, propia de la cultura hispana y hasta con regionalismos. Para Roger Alies (La Zarzuela; Barcelona, Robinbook, 2011) este género se lo puede rastrear desde Ca. 1650 asimilándose al singspiel alemán o la opéra-comique francesa, pero no a la opereta. Posiblemente haya sido Calderón de la Barca el primer “compositor” de una zarzuela para ser interpretada para público cortesano en el palacio que le diera nombre, aunque se trataba de una comedia con elementos musicales. Con los Borbones, se italianizaron muchas formas musicales en España, aunque tras el Motín de Esquilache de 1766, se volvieron a las tradiciones cultuales musicales hispanas.
Danzas tradicionales como jotas, pasodobles, seguidillas y luego, junto a las influencias americanas con tangos y habaneras, se forjó un género de menor duración y costo que la ópera, de gusto popular, alegre, ligero y fundamentalmente madrileño, llegando a Buenos Aires en torno de la década de 1860. Aquí, la zarzuela tendría un desarrollo tan importante como el del tango, que aparecieron casi simultáneamente, apadrinando el origen del sainete criollo, del que El Conventillo de la Paloma es quizás, uno de sus máximos ejemplos.
Las zarzuelas interpretadas por compañías hispanas itinerantes en Buenos Aires, eran montadas en el viejo Teatro Colón o los desaparecidos Victoria o Franco Argentino. En 1870 se inauguró el Alegría, dedicado al género y próximo al actual Avenida con Marina, un éxito resonante. Tras la Fiebre Amarilla de 1871, En el Alegría se realizaron funciones benéficas para los damnificados, con elencos hechos de partes de elencos que no habían abandonado la ciudad y para mediados de los ’80, por lo menos cinco teatros en la ciudad se dedicaban de lleno a la zarzuela con compañías locales y europeas en tres funciones diarias, estrenándose casi en simultáneo con Madrid, obras de Ruperto Chapí, Amadeo Vives, Federico Chueca o Tomás Breton.
Precisamente, de Bretón ha sido el gran éxito al que Buenos Aires se rindió y es prácticamente, sinónimo de zarzuela: La Verbena de la Paloma, estrenada el 20 de Abril de 1884 en el Rivadavia (hoy Liceo). Competirá con El tambor de Granaderos de Chapí, estrenada a principios de 1895 en el Olimpo, sumado al de dos años más tarde de La Revoltosa. Sobre el final del Siglo XIX, las grandes voces de la zarzuela debían pasar por Buenos Aires: Luisa Vela y su esposo Luis Sagi Barba con el benjamín Luis Sagi Vela (ambos barítonos, voz propicia para el género), Ángeles Montilla, Pilar García o la mismísima Lola Membrives.
El 03 de Octubre de 1908, a poco de ser inaugurado el Colón, abrió sus puertas el Teatro Avenida, que sería hasta su incendio en 1979, el templo máximo de la zarzuela porteña. Por su escenario pasaron todas las zarzuelas y los más grandes compositores y artistas: Amadeo Vives dirigió Doña Francisquita, Miguel de Molina, Carlos Gardel, Florencio Parravicini, los hermanos Podestá, Federico Moreno Torroba, Lola Flores, Sara Montiel, Pablo Sorozábal o Placido Domingo y muchos etcéteras.
Portada del libreto y cartel anunciador de la función del estreno de ‘La verbena de la Paloma’ en el Teatro Apolo, el 17 de febrero de 1894. Crédito: https://bnnas.files.wordpress.com/2014/01/51156region.jpg Postal de principios de S XX. Dominio libre. Sala del Teatro. Crédito: https://www.juventuslyrica.org.ar/teatro-avenida/
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