por Aldana Sgandurra, Clara Sana y Diego Califano
Uno de los agentes del Ministerio que nos genera particular interés es Julián Martínez. Por su vocación y sensibilidad humana, el personaje logra fácilmente generar una conexión con su público. Como bien sabemos quienes seguimos la serie, Julián es enfermero y no duda en poner a disposición sus servicios ante la necesidad de cualquiera que lo rodee: su vocación está íntimamente ligada a la empatía. En su trabajo como agente, cuenta con la ventaja de conocer los vaivenes del presente y tiene la versatilidad para adaptarse a cualquier época por la que viaja.
Sin embargo, es un personaje que carga con un gran vacío sentimental, debido a la pérdida de su pareja Maite. Permanentemente fantaseamos junto a Julián, con la posibilidad de que Maite evite ese trágico accidente en que falleció y la separó para siempre de la vida de nuestro protagonista. A pesar de ello, hay en su mente un lugar donde permanecen todos los recuerdos, ya que su esencia forma parte de él y acentúa este carisma tan humano y sentimental que resulta ser característico en nuestro agente. El recuerdo de Maite es lo que moviliza a Julián a actuar de la manera en que lo hace, aun sabiendo que podría alterar ese pasado en pos de sus deseos. Aquí vemos nuevamente la idea de historia contrafáctica de poder cambiar o modificar aquello que sucedió.
El valor de la memoria y de la vocación de servicio por los demás, son elementos que Julián Martínez reúne y que hacen de él un gran agente del Ministerio del Tiempo. El inmenso respeto que, debido a su profesión y a su carisma, le otorga a la vida humana resulta una herramienta de gran importancia para preservar la Historia y a sus personajes. Incluso cuando se trata de figuras poco deseables; o que desempeñaron una gestión malévola en el pasado; o cuando las emociones se sobreponen a su misión, la labor por preservar la integridad del tiempo, tal y como debería ser, es evidente en su accionar.
Julián es un claro ejemplo de vida, es un personaje que permite hacer una introspección, ya que en él se observa constantemente la dualidad entre el deseo y el deber, entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal. Nuestro protagonista no sólo es valiente por salvar vidas o mantener el correcto transcurso de la historia, sino por enfrentarse a sus miedos y más grandes deseos, luchando constantemente con su propio yo.
Después de haber conocido a Julián Martínez y teniendo en cuenta su tarea como agente del Ministerio del Tiempo, tuvimos la posibilidad de entrevistar a Rodolfo Sancho en el mes de mayo de 2020. El actor que encarna a este personaje nos cuenta, entre otras cosas, que “cada lugar al que viajas es distinto con ropa nueva, con formas de hacer nuevas, con códigos sociales nuevos; y eso es muy divertido porque te mantiene vivo como actor”. A continuación, los invitamos a leer la entrevista realizada a Rodolfo Sancho.
– ¿Cómo es interpretar un personaje que debe viajar en el tiempo?
En cuanto a la primera pregunta, cómo es un personaje que viaja en el tiempo, interpretarlo seguramente es una de las cosas más divertidas que he hecho nunca. Aquí, en España, no tenemos normalmente la oportunidad de hacer aventura fantástica. Se hacen otro tipo de productos, fantasía no es lo que más hay. Yo te diría que, en general en el mundo no se toca tanto ese tema. El rodaje de la serie es muy dinámico, en el que cada capítulo es muy diferente: cada lugar al que viajas es distinto con ropa nueva, con formas de hacer nuevas, con códigos sociales nuevos; y eso es muy divertido porque te mantiene vivo como actor.
– ¿Con qué personaje histórico te gustó interactuar?
En cuanto a la segunda pregunta, el personaje con el que más me ha gustado interactuar, sin duda fue Federico García Lorca por lo que supone, por el alto nivel intelectual que tuvo, por lo que representa él en la historia como símbolo, ¿no? Y siempre son secuencias que me emocionan mucho y son muy emocionales para mi personaje. También lógicamente hay un tema muy divertido que es que siempre se le aparece en sueños a Julián y es un añadido más, porque se ha comentado que Federico García Lorca tenía un mundo onírico o de sueños muy activo. Se dice que incluso tenía sueño lúcido; en varias poesías suyas describía sus sueños y en una en concreto describió cómo sería su muerte. Este tipo de cosas, pues, también son un añadido al asunto.
– ¿Cuál fue tu época favorita?
En cuanto a la época que más me ha gustado visitar, esta una pregunta complicada puesto que me divierte mucho todo, pero si tengo que elegir algo seguramente será el sitio de Baler, en Filipinas, año 1898. El sitio de Baler, al que muchos también llaman “los últimos de Filipinas”, consistió en un grupo de soldados españoles que se encerraron en una iglesia, y que no creían que el Imperio se había acabado. Me gustó visitar toda esa época, supongo por lo exótico también; de repente estar en Filipinas y reproducir todo ese mundo. También por lo que suponía emocionalmente el capítulo que termina contando el desastre que es la guerra en sí misma y como al final, por las decisiones de unos pocos, pagan muchos inocentes. Una de las frases que digo en ese capítulo es “que algo tienen en común todos estos soldados y es que son pobres”. Esto es algo que me toca emocionalmente y es importante de tratar. Normalmente me gustan esos capítulos en los que hay esa profundidad, en los que se cuenta algo más, digamos. Me olvidaba de comentarte antes que el Sitio de Baler fue un asedio por parte de las fuerzas filipinas hacia esta iglesia [San Luis de Tolosa de Baler] en la que se habían encerrado los soldados y que defendieron como último bastión durante casi un año.
– ¿La serie te ha movilizado a investigar sobre la Historia de España?
En cuanto a la última pregunta, si es que me ha movilizado a estudiar la Historia de España, pues primero, a mí siempre me ha gustado mucho la Historia y he tenido la suerte de hacer otras series históricas y además es algo que viene en mí desde hace tiempo: era de esas cosas que aprobaba en el colegio, así como otras no. Lógicamente hacer una serie así no sólo te moviliza si tienes tú la curiosidad propia de investigar, sino que te lo exige. Siempre que llega un capítulo y hay una parte de la Historia que uno no conoce, debe hacerse un poco de investigación lógica en cuanto al trabajo de actor. Lo que yo creo que un actor debe hacer es documentarse para entender, sobre todo desde un punto de vista humano, lo que interpreta cuando hace un personaje y para eso debe entender ciertos códigos sociales y de la época; por qué estaban ocurriendo los hechos y qué motivos llevaban a un agente a optar por una cosa u otra. Yo creo que es esencial para cualquier serie histórica estar documentado.
Si tenés interés en leer más sobre El ministerio del Tiempo, podés leer nuestro artículo sobre la serie!
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