Fundación para la investigación y la difusión de la historia y la cultura españolas en la Argentina
Artículo realizado por Aldana Belén Sgandurra
Para poder comprender la realidad que llevó a los protagonistas de la serie “Vientos de Agua” a tomar la decisión de adentrarse a un “Nuevo Mundo” alejado y totalmente desconocido, es fundamental poder identificar lo que estaba sucediendo en el “Viejo Continente”. Un contexto donde las guerras fueron escenario de conflictos políticos, sociales, ideológicos y económicos.
Como antesala a la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Civil española (1936 – 1939) fue uno de los sucesos más trágicos de la historia de España, un contexto marcado por la violencia, la represión y el terror. En años previos, con el estallido de la Revolución rusa en 1917 creció en toda Europa el temor al comunismo, conocido como el “terror rojo”. Varios países del “Viejo Mundo” temían que dichas ideas, que pusieron fin al régimen zarista en Rusia, se esparcieran como reguero de pólvora por el resto del continente generando levantamientos y revueltas contra el poder establecido. En respuesta, y aprovechando el caos social, surgieron movimientos totalitarios para contrarrestar el avance “rojo” tales como el fascismo y el nazismo.
España no se quedó al margen de todos estos sucesos y transformaciones: desde el rey Alfonso XIII hasta la llegada de Francisco Franco al poder, se buscó terminar con los movimientos de izquierda. Sin embargo, estos ideales se habían profundizado tanto en el pueblo español que lograron ganar las elecciones de 1931 luego del régimen dictatorial del General. Miguel Primo de Rivera haciendo abdicar al rey, proclamando la República. Se sancionó una nueva constitución y se establecieron una serie de reformas en el ámbito político, económico y social, entre ellas la separación entre Iglesia y Estado. A pesar de las idas y vueltas en el poder por parte de los conservadores, el pueblo volvió a votar en las elecciones de 1936. Allí los partidos de izquierda se organizaron en torno al Frente Popular, el cual ganó por un breve margen de votos. Sin embargo, la derecha no pudo aceptar bajo ningún aspecto esta situación y recurrió a las armas para poder enfrentarse contra un gobierno que “gobierna contra España” .
En aquel levantamiento la figura del General Francisco Franco se hizo popular creando una campaña contra la izquierda, dando así, inicio a la Guerra Civil española enfrentando a los republicanos contra los nacionalistas. El apoyo de Franco por parte de la Iglesia, los grandes terratenientes y el ejército fueron piezas claves para derrotar a su adversario; la guerra fue sumamente cruenta y dolorosa; miles de personas murieron, otras debieron emigrar y rehacer su vida lejos de España alejados de todo aquello que conocían. Para 1939, la Guerra Civil había terminado con el triunfo de los Nacionalistas; de esta forma, había comenzado la dictadura de Francisco Franco la cual duró hasta 1975, año en el que el dictador falleció.
Los años previos a la guerra fueron un escenario de vivencias que prepararon al pueblo español para lo que se avecinaba. La vida diaria para aquellos que no integraban la clase alta o no compartían los ideales conservadores no era del todo fácil. Tal es así, que la serie “Vientos de Agua” nos invita a adentrarnos en la historia de los Olaya, una familia asturiana que se dedica al trabajo de la minería; su vida es sencilla y sin lujos. Desde comienzos del capítulo uno, los directores buscan recrear cómo era la vida de aquellos mineros y las duras condiciones laborales: las horas extensas de trabajo, la falta de instrumentos para la excavación, la escasez de suministros médicos, entre otras. Dentro de esta penosa realidad, Andrés Olaya (Iván Hermés) sueña con embarcarse rumbo al “Nuevo Mundo” en búsqueda de una vida mejor, de oportunidades por descubrir; en cambio, su hermano José (Ernesto Alterio) busca luchar por sus ideales anarquistas y defender a España del poder conservador.
Sin embargo, la familia Olaya se verá atravesada por una trágica situación: la mina donde trabajaban sufrió un derrumbe dejando como resultado a un Andrés mal herido. A pesar de los intentos por salvarlo, Andrés muere. José sumamente atormentado por el fallecimiento de su hermano, busca venganza provocando una explosión en la mina. Esto genera que los guardias sospechen de él y comiencen a realizar una búsqueda para capturarlo e interrogarlo. Ante esta situación, su familia que ya había perdido un hijo temía pasar por lo mismo; por tal motivo, le proponen a José que cumpla con el deseo de su hermano de viajar a América en búsqueda de un futuro mejor. Luego de varias idas y venidas, José decide embarcarse al “Nuevo Mundo” lleno de angustia, incertidumbre y miedos, pero también con la esperanza de conseguir una mejor vida para él y su familia que lo espera en España.
En cada uno de los capítulos, la serie hará un trabajo sumamente rico sobre las vivencias de los personajes en los distintos contextos históricos. José, utiliza la identidad de su hermano Andrés para viajar a América. En aquel viaje, jamás hubiera pensado que se encontraría con los que serían pilares fundamentales en su nueva vida, su mejor amigo Juliusz (Pablo Rago); Gemma (Francesca Trentacarlini) y Sophie (Caterina Murino). Cada uno de estos inmigrantes tenía una historia distinta para contar, pero todas estas historias tenían algo en común que es la huida de sus tierras en búsqueda de nuevas oportunidades. Sin importar las clases sociales, las creencias, los idiomas o las costumbres, los migrantes trataban de apoyarse unos con otros, ya que cada uno era para el otro lo único con lo que contaban.
Las guerras en Europa, los movimientos ideológicos, las revueltas, las crisis económicas y políticas hicieron que miles de europeos debieran emigrar a América en busca de nuevas oportunidades. Cada uno de ellos se echaba a la suerte; encontrar trabajo era sumamente difícil. Como ejemplo, vemos que José en sus inicios debe trabajar en el puerto en condiciones no muy favorables.
Deben vivir en moradas precarias y de alquiler alto; el idioma, la cultura y sus costumbres eran cuestiones que en ciertos casos podían serles positivas y en otros, negativas. Ningún inmigrante llegó a América sin una historia que lo atravesara y, en parte, lo atormentara; cada uno tuvo que fortalecerse y buscar salir adelante sin importar las adversidades que la realidad les estaba haciendo vivir.
Con el correr de los episodios, José junto con el resto de sus compañeros siguen de cerca el estallido de la Guerra Civil. La preocupación por sus familias y las crisis que se están vivenciando en Europa instalan en aquellos inmigrantes un sentimiento de dolor y de frustración, no solo por ver como sus tierras están plagadas de odio y muerte sino por la incertidumbre de saber si algún día volverán a ver a los suyos y retornan a casa.
José recibe la peor de las noticias: su familia había sido capturada y asesinada por la Guardia Civil. El dolor lo empapa y se sumerge en una depresión absoluta, su vida ya no tiene sentido; sus padres y hermanos se sumaron a las miles de personas desaparecidas y asesinadas durante la dictadura de Francisco Franco. La historia de la familia Olaya integraba una lista interminable de otras familias que se había visto truncada por las atroces decisiones de un grupo reducido de personas con el poder suficiente para torcer destinos. Sin embargo, su muerte no será en vano; José se aseguró de recordarlos y preservarlos siempre en su memoria, buscando algún día vengar el asesinato de su familia.
La vida de José, desde la muerte de su hermano y la persecución por parte de la Guardia Civil, no volvió a ser la misma de antes. Sus costumbres, creencias, amores, deseos y miedos cambiaron. José Olaya tuvo que sortear diferentes situaciones a su llegada a Buenos Aires; sus vivencias, buenas o malas, hicieron de él un joven minero anarquista, un luchador, un sobreviviente. Su vida se vio plasmada de recuerdos que hicieron de José un hombre reservado con su historia, su verdadera identidad estaría por siempre resguardada en su memoria y en la vida de aquellas personas que compartieron con él la aventura de ser inmigrante en Argentina. Años después será la propia realidad de aquel país que lo recibió con los brazos abiertos, la que pondrá en jaque nuevamente su historia y su familia, en este caso a su hijo Ernesto (Eduardo Blanco).
La vida, sin importar los tiempos, nos muestra que los caminos muchas veces están conectados y las historias sin quererlo, se repiten, dependiendo de cada uno de nosotros querer mejorar nuestro destino y aceptar las adversidades que se presentan en él.
Así como la serie “Vientos de Agua” se articula desde la Guerra Civil española, también lo hace desde la crisis económica que sufrió la Argentina en el 2001. Dicha situación fue una de las más impactantes y desesperantes del país, por los daños que se generaron desde los ámbitos económico, político, pero sobre todo, social.
Con la llegada de la democracia en 1983, se puso fin a la dictadura cívico-militar en Argentina, la cual dejó una marca en nuestra historia que jamás podrá borrarse; las desapariciones, las torturas, asesinatos, represiones y exilios fueron algunas de las tantas decisiones atroces y lamentables que se tomaron. Desde el aspecto económico, el país entró en una crisis que fue creciendo como una bola de nieve año tras año: la deuda externa, el cierre de las pequeñas industrias, el estancamiento comercial fueron centrales para que la inflación no tuviera control alguno. El presidente Raúl Alfonsín era la cara del retorno a la democracia; sin embargo, se vio sumergido en una situación sin escapatoria producida por las malas decisiones tomadas años anteriores. La economía argentina estaba dañada y se hacía cada vez más difícil rescatarla; con la llegada del menemismo al poder las puertas del comercio se abrieron de par en par para recibir a las importaciones: el neoliberalismo había ganado. La privatización de las empresas, las reformas estructurales para la liberación de los mercados productivos y financieros, y la reducción del Estado fueron moneda corriente en esos años. A pesar de constatarse cierto crecimiento en la economía argentina, la situación seguía siendo delicada e inestable.
En 1991 se llevó adelante un novedoso régimen de convertibilidad. Las reformas establecidas permitieron el ingreso de capitales extranjeros y la modernización de algunos sectores productivos, pero también acentuaron la desindustrialización y la vulnerabilidad de la economía frente a la inestabilidad de los mercados mundiales. Con la llegada del presidente Fernando de la Rúa, su equipo de economistas se propusieron seguir las órdenes del FMI y la convertibilidad implementada años atrás fue la pieza clave para que la economía argentina estallara. El desempleo, el estancamiento salarial, los despidos y el aumento en rubros básicos como el de los alimentos hicieron que la calidad de vida sea cada vez más penosa. La pobreza había crecido en gran escala, la gente pasaba hambre, el país se encontraba sumergido en un caos. Dentro de este panorama, algunas personas que tuvieron la posibilidad de emigrar, no lo dudaron y decidieron buscar una mejor calidad de vida en el exterior. Europa fue uno de los lugares elegidos por los argentinos, sobre todo, por ser familias de inmigrantes que habían llegado al país años anteriores frente a crisis parecidas.
La serie nos describe la vida de Ernesto Olaya, hijo de José. Ernesto es un arquitecto casado con Cecilia (Claudia Fontán) y padre de dos hijos, Alicia (Manuela Pal) y Tomás (Mariano Bertolini).
La vida del protagonista se ve estancada, a partir de la crisis económica que está atravesando el país durante el 2001. Ernesto tiene que cerrar su estudio de arquitectura dejando sin trabajo a sus empleados, pero también a sí mismo. Ante esta situación, el protagonista recae en constantes preocupaciones, ya sea por el futuro de su familia, los gastos diarios, sus hijos, entre otras. La vida para la familia Olaya, al igual que en 1934, se vio truncada por un contexto inevitable y lamentable, las decisiones externas condicionaron su vida e incluso, su futuro. Los directores nos muestran la desesperación de Ernesto por poder encontrar un trabajo que le permita volver a tener un salario que genere un mayor ingreso junto al de su mujer que es médica. El protagonista busca por todos los medios posibles, anuncios, amigos, conocidos encontrar una solución; sin embargo, el contexto en el que viven es trágico y el mercado selectivo.
Ernesto se ve perdido, sin salida alguna frente a esta situación que cada vez lo hace sentir más impotente. Luego de varias semanas de búsqueda la realidad del país no mejora, sino todo lo contrario, y es así como Ernesto y su mujer empiezan a pensar en emigrar hacia España con el deseo de encontrar allí un mejor contexto económico y político que les permita estabilizarse. En el transcurso de los primeros dos capítulos, la familia Olaya comienza a prepararse para emigrar a un nuevo país, vendiendo sus pertenencias, muebles, electrodomésticos, todo lo que pudiera darles un ingreso económico junto con sus ahorros de toda la vida. Ernesto, por seguridad, decide guardar todo lo recolectado en el banco antes de sacar los pasajes de avión y el hospedaje. Sin embargo, la serie nos describe la mañana en la que Cecilia se levanta con la noticia del conocido “corralito”. Una medida económica que impedía a las personas poder retirar el dinero de los bancos; el gobierno pensaba disponer de ese dinero para evitar el colapso bancario. A partir de este momento, la crisis en Argentina se agudizó y todas las esperanzas se desvanecieron en un abrir y cerrar de ojos: miles de familias se quedarían sin nada.
La familia Olaya completamente devastada por esta situación se encuentra sin ilusiones ni deseos, todo el esfuerzo había sido en vano. El padre de Ernesto había ahorrado durante varios años para poder viajar a su amada Asturias, y regresar al lugar donde su historia había quedado estancada hacía setenta años. Sin embargo, y como paradoja de la vida, José comprende que, así como su familia lo incentivó a viajar a América en búsqueda de un futuro mejor luego de la muerte de su hermano, era momento de hacer lo mismo con su hijo. José le brinda todos sus ahorros a Ernesto para que pueda, aunque sea él solo, viajar a España. La familia está de acuerdo con esta decisión y lo apoya en que sea Ernesto el que emigre por un tiempo para que pueda buscar trabajo y estabilizarse económicamente.
Ernesto con mucho pesar por dejar a su familia en una situación tan difícil, parte rumbo al “Viejo Mundo” como años atrás lo había hecho su padre a América. El protagonista con temor, pero con deseo de lograr un futuro mejor, atraviesa las puertas del aeropuerto y se embarca en una nueva historia. Al llegar a España, se encuentra con una realidad muy diferente a la argentina. De todos modos, muchas similitudes se dejan entrever. Conseguir trabajo no era tan fácil como él creía, más allá de la estabilidad económica que había en España hacia el 2001 en comparación con la Argentina. Además, las puertas no se encontraban abiertas para todos. La dificultad de encontrar una vivienda y un trabajo con un buen salario hizo que Ernesto se sintiera desesperado, ya que sin papeles de ciudadanía o nacionalidad su situación era la de ilegal en el país. Entretanto, el protagonista conoce a una de las personas que serán claves en su llegada a España: Ana (Marta Etura) una mesera española que decide ayudar a Ernesto, ya que empatiza con su situación, le consigue un piso para vivir y lo acompaña en su búsqueda laboral.
Ernesto al ver que su realidad no es la que soñaba, decide mentirle a su familia y decirle que encontró un buen trabajo y un lugar para vivir, evitándoles la preocupación y el dolor. Mientras tanto, comienza a tramitar los papeles para la nacionalidad española y poder, así, afincarse en el país. Luego de varios meses, tanto Ernesto como su familia ya no eran los mismos, los sentimientos, los deseos, las vivencias, las experiencias, los nuevos amores y amistades cambiaron por completo sus vidas.
“Vientos de Agua” es una serie que permite adentrarnos en dos contextos históricos diferentes. En primer lugar, la Guerra Civil española, un hecho que marcó la historia de España, pero también del mundo. Los sucesos cometidos durante la dictadura de Francisco Franco dejaron un pesar muy grande en la memoria colectiva, con la libertad del pueblo relegada durante varios años. Las persecuciones, las desapariciones, represiones y muertes fueron algunas de las cruentas decisiones que se tomaron durante aquel periodo.
El pueblo español sufrió sus consecuencias, no solo desde lo político, sino también desde lo económico, y sobre todo desde lo social. Pensar distinto era una condena inevitable, aquellas personas que buscaron luchar por una España libre, justa y democrática sufrieron las consecuencias. El accionar con tortura y represión generó un gran temor en la sociedad, varios españoles tuvieron que recurrir al exilió, emigrar era la única esperanza para escaparse de un destino ineludible. Varios inmigrantes se fueron de sus tierras sin desearlo, con dolor y angustia por dejar a sus seres queridos, temerosos de lo nuevo y lo desconocido. Sin embargo, aquellos personas como lo fue José Olaya tomaron la valiente decisión de salir a la búsqueda de un futuro mejor.
En segundo lugar, la crisis económica que atravesó la Argentina en el 2001 fue un hecho que cualquier argentino desearía olvidar. Los años previos al estallido estuvieron marcados por la inestabilidad y el caos, la democracia había sido arrebatada por las fuerzas armadas. Durante la dictadura militar de 1976 se generó una de las mayores deudas de nuestra historia, a lo que se sumó la serie de atrocidades como lo fueron las represiones, torturas, exilios, muertes y desapariciones. Con el retorno de la democracia se esperaba una mejoría para la Argentina en todos los aspectos, desde el político, social y económico; sin embargo, el tiempo pasado dejó una herida abierta difícil de cerrar.
El hambre, el desempleo, el estancamiento de salarios, el aumento de la pobreza, fueron algunos de los tantos problemas que fueron empezando a estallar con el correr de los años. El pueblo argentino estaba inmerso en una inestabilidad constante, donde los intentos por sacar a flote la economía se volvían insuficientes e insostenibles. Con el estallido de la crisis del 2001 muy pocas personas que pudieron juntar sus ahorros o tuvieron la posibilidad económica para hacerlo, emigraron hacía otros países buscando una mejor calidad de vida. En el caso de Ernesto su vida se vio truncada tomando como decisión migrar a España en búsqueda de un futuro mejor.
La serie “Vientos de Agua” nos permite ver como los contextos político, social y económico de España y Argentina fueron fundamentales para que la familia Olaya tuviera que adentrarse en la experiencia de emigrar a un lugar nuevo. Nos permite, a su vez, entender que sin importar el entorno, las experiencias pueden repetirse de cierta manera, y que cada vivencia que tuvo alguno de esos migrantes puede ser el reflejo de las que vivió otro.
La cuarta entrega de la serie “Vientos de Agua” se centrará en la figura del inmigrante, un eje fundamental que articula a cada uno de los personajes y hace que esta producción se sienta tan cercana e impactante. Nos invita a reflexionar sobre aquellos quienes un día, sin quererlo, tuvieron que dejar todo atrás en busca de una vida mejor. Porque al final, no importa el lugar ni el contexto para quienes fueron encausados por los “vientos de agua”: sus deseos e ilusiones siguen latentes en la búsqueda de una vida sin miedos y con esperanzas, donde la pertenencia configure no solo un deseo sino también un sentir.
Título: Vientos de agua
Año: 2005
País: Argentina–España
Duración: 975 minutos.
Dirección: Juan José Campanella, Sebastián Pivotto, Bruno Stagnaro, Paula Hernández.
Guión: Juan José Campanella, Juan Pablo Domenech, Aida Bortnik, Aurea Martínez, Alejo Flah.
Música: Emilio Kauderer.
Fotografía: Félix Monti, Miguel Abal.
Reparto:Héctor Alterio, Ernesto Alterio, Eduardo Blanco, Pablo Rago, Giulia Michelini, Angie Cepeda, Silvia Abascal, Rubén Ochandiano, Claudia Fontán, Caterina Murino, Marta Etura, Valeria Bertuccelli, Iván Hermes, Bárbara Goenaga, Francesca Trentacarlini, Pilar Punzano, Carlos Kaspar, Carlos Álvarez-Novoa, Mariano Bertolini, Félix Cubero, Darío Valenzuela, El Gran Wyoming, Joan Dalmau, Manuela Pal, Susi Sánchez, José Luis López Vázquez, Carla Pantanali Sandrini, Gustavo Garzon, Mariano Argento.
Productoras: Coproducción Argentina-España; 100 Bares, Telecinco, Icónica, Pol-Ka Producciones. Emitida por: Telecinco.
Género:Serie de TV. Drama | Miniserie de TV. Inmigración. Años 30
Información extraída de https://www.filmaffinity.com/es/film921733.html